Casas prefabricadas: qué son, ventajas y desventajas y diferencias con el resto de las construcciones

Casas prefabricadas: qué son, ventajas y desventajas y diferencias con el resto de las construcciones

¿De qué se trata el concepto de casa prefabricada?

 

Se trata de casas elaboradas a partir de placas confeccionadas previamente en talleres o fábricas para luego ser trasladadas al terreno donde se quiere instalar la vivienda y proceder al armado de la misma.

Los paneles con los que se construyen las paredes de la vivienda son tan resistentes como los de una casa tradicional construida en ladrillo e íntegramente en el lugar donde se va a instalar.

A este tipo de construcciones se las conoce como viviendas 2D, es decir que cada uno de los paneles que se utilizan se fabrican en dos dimensiones.

En el caso del armado de la casa, necesita de los mismos trabajos de obra (o similares) que se utilizan en las casas tradicionales.

Cabe aclarar que ser prefabricada no es sinónimo de ser móvil o trasladable. Si bien hay algunas viviendas o edificaciones que pueden ser transportables las casas prefabricadas no son de este tipo.

La diferencia es que las segundas requieren trabajos de obra para su instalación permanente en el terreno mientras que las primeras solamente deben contar con elementos de arrastre y ruedas para poder movilizarla.

Entonces… ¿cuál es el material ideal para construir una prefabricada?

Entre los materiales más elegidos está la madera. La mayor ventaja que tiene es su bajo coste. Pero también hay que tener en cuenta que así como es más accesible económicamente hablando, su mantenimiento y su vida útil son valores importantes a tener en cuenta.

En cuanto a las construcciones elaboradas a base de acero hay que resaltar su resistencia y extensa vida útil.

Pero las más durables y resistentes parecen ser las de hormigón, las más elegidas en los últimos años.

 

¿Cuál es la diferencia con las casas tradicionales?

Si se compara una construcción prefabricada con una tradicional pareciera que todas las ventajas van para el primer tipo de viviendas.

Si bien nadie puede dejar de lado la durabilidad y resistencia que tiene una construcción de tipo tradicional, ya que es la que se implementa hace muchos años, las prefabricadas tienen varios puntos a favor.

Por ejemplo, si se tienen en cuenta los imprevistos que pueden surgir dentro de un trabajo de obra en una casa tradicional, éstos se ven considerablemente disminuidos al tratarse de una prefabricada. ¿Por qué?

Porque todo el proceso está industrializado y se realiza en una fábrica con procesos monitoreados.

En cuanto a los plazos de entrega, el tiempo de trabajo es considerablemente menor en una casa prefabricada que en una tradicional. Esto es así porque en un proceso normal de obra se debe contratar arquitectos, constructores, profesionales que analicen el terreno, entre otros. Mientras tanto, en la construcción de una casa prefabricada todos los profesionales están dentro de la empresa que se encarga de todo.

Si se tienen en cuenta los costes de cada una de ellas, y teniendo en cuenta los imprevistos que pueden surgir en las tradicionales, las prefabricadas salen ganando nuevamente. Esto se debe a que cuando se realiza un presupuesto de un proyecto se fija un precio cerrado y una fecha de entrega del producto.

 

Casas prefabricadas y casas modulares… ¿son lo mismo?

Definitivamente no se trata de lo mismo. Se los suele utilizar como sinónimos pero no se trata del mismo concepto ni idea de costrucción.

La diferencia está en que las casas modulares, como su nombre lo indica, están formadas por módulos cerrados que forman los espacios interiores. La combinación de estos módulos es lo que la da la estructura final a la vivienda.

Esta forma de construir se denomina en 3D, ya que los módulos o cubos que componen finalmente la casa se fabrican en tres dimensiones.

Este tipo de construcciones también posibilita que en los talleres o industrias donde se producen puedan incorporarse la mayor cantidad de elementos posibles (instalaciones, griferías, revestimientos, entre otros). Es decir que entregan la vivienda “casi” lista.

En cambio, lo que sucede con las viviendas de tipo prefabricadas, como ya contamos anteriormente, es que son construcciones de tipo 2D.

Los elementos que componen los ambientes están construidos por separado, es decir, los paneles que formarán cada uno de los espacios de la casa.

En resumen, las viviendas modulares se fabrican íntegramente en las empresas que las comercializan y ya están listas para ser usadas cuando se las traslada al terreno definitivo. En cambio, las prefabricadas necesitan el proceso de obra para terminar de “armarlas”.

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Puntos a favor y en contra de las viviendas prefabricadas

 

  • Tiempo

Al realizarse la mayor parte de los procesos dentro de las fábricas que construyen los paneles, estos mecanismos se encuentran estandarizados, es decir, que ya se sabe en cuánto tiempo se realizará tal trabajo.

As, en la construcción prefabricada, pueden estandarizarse los tiempos y esto hace que una vivienda de este tipo pueda llevar menos de la mitad de tiempo que una casa de construcción tradicional.

 

  • Personalización

Si bien cada empresa que realiza viviendas prefabricadas tiene modelos “estándar” de casas, el cliente puede personalizarlas dependiendo de sus necesidades y gustos.

Por ejemplo, hay que tener en cuenta las necesidades familiares de cada cliente, la reglamentación que hay en cada lugar y terreno que se va a instalar la vivienda, las exigencias del terreno, entre otras cosas.

 

  • Energía

Las casas prefabricadas, al estar dentro de un proceso que viene de fábrica, cuentan con controles de calidad superiores a las casas tradicionales.

A diferencia de las tradicionales, las prefabricadas no cuentan con permeabilidades o superficies porosas que puedan resultar en pérdidas de energía.

 

  • Eco-friendly

Un problema muy frecuente en los trabajos de obra suelen ser los residuos y escombros que quedan luego de realizado el trabajo.

En el caso de las construcciones prefabricadas este problema no existe ya que todo se hace de manera muy “limpia”: haciendo encajar los paneles para poder formar los espacios, sin necesidad de generar exceso de materiales de construcción desperdiciados.

 

¿Y los puntos en contra?

 

  • Imposiciones culturales

En España se asocia a la construcción de la vivienda familiar o propia a algo duradero, resistente y de bajo mantenimiento. Y se toma, erróneamente, a las casas prefabricadas como lo contrario a este concepto.

Si bien hay un crecimiento en los clientes que eligen este tipo de construcciones como primeras viviendas, la mayoría de los españoles las consideran ideales para segundas residencias o casas de verano.

 

  • Costes de mantenimiento

Como dijimos anteriormente, las casas prefabricadas construidas a base de madera pueden ser muy difíciles de mantener ya que necesitan mucho más cuidado que las de metal o de hormigón.

 

  • Localización de la vivienda

Siempre hay que tener en cuenta dónde se va a instalar la casa: si se trata de un terreno urbano (coste muy superior a otros lugares) o en superficies más rústicas. En el último caso hay que evaluar el tipo de inversión que se quiere realizar, ya que en la mayoría de las zonas rurales o no urbanas existe una reglamentación sobre el respeto al medio ambiente y la armonía con las viviendas existentes.

 

  • Trámites administrativos

Si la idea de construir una casa prefabricada estaba sostenida en el hecho de poder “escapar” a los trámites y licencias, esto es incorrecto.

Las casas prefabricadas necesitan estar legisladas por el Código Técnico de la Edificación, así como también lo están las casas tradicionales.

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