Que la construcción modular prefabricada es sinónimo de rapidez y por tanto reducción de plazos de entrega es ya conocido. Pero, ¿sabemos realmente de qué manera afecta esto a la sostenibilidad y el impacto de la construcción en el medio ambiente?
El prefabricado de elementos y sistemas constructivos requiere de un exhaustivo control de procesos. La industrialización implica por un lado un mayor control de ejecución y también una mejor previsión de las necesidades, por lo que el desperdicio de materiales y de recursos es mucho menor. Por ello, desde el momento inicial del suministro de materiales se reducen también el tiempo y los desplazamientos con el consumo energético que esto conlleva.
Construir en unas únicas instalaciones garantiza la mínima afección a la parcela destino del edificio. La ejecución del montaje de un edificio de 450m2 en una única noche en el centro de la ciudad de Alicante es uno de nuestros ejemplos.
Asimismo la reducción de desplazamientos de personal implica además de un mayor control de recursos humanos, una considerable disminución en la afección al vecindario.
La posibilidad de reciclaje de materiales es otro de los puntos sostenibles de este sistema. Igual que ocurre durante el montaje del edificio mediante «piezas de puzle» perfectamente ensambladas, la retirada de diferentes partes del conjunto o retirada total del mismo es totalmente factible, de manera que la reutilización de las mismas es otra de las ventajas en sostenibilidad que ofrece este sistema frente al sistema de construcción tradicional.
